*El invento ha sido patentado por un maestro de Madrid, y es útil también para ancianos, discapacitados y alumnos de educación infantil.

Andrés Collazos Díaz, con el Reloj de Secuencias Temporales de Apoyo que él mismo ha inventado y patentado

Aunque no existe un censo oficial, se estima que una de cada cien personas recién nacidas sufre algún Trastorno de Espectro Autista (TEA). Es cierto que cada vez se diagnostican más casos, debido a que mejoran los procedimientos de detección, así como el conocimiento que se tiene sobre el autismo. Y ello, a pesar de que las personas afectadas pueden presentar manifestaciones clínicas muy diferentes. Pero entre las características comunes que se derivan de este trastorno encontramos la necesidad de anticiparse a lo que va a pasar.

Bajo esta premisa, Andrés Collazos, maestro de Educación Especial y formador sobre autismo en centros escolares, diseñó un aparato que permite solucionar de forma mecánica algo que ahora se hace manualmente. En la actualidad, los educadores planifican el horario de los niños con Trastorno de Espectro Autista mediante dibujos que se les van mostrando cada vez que deben realizar una actividad (desayuno, juego, psicomotricidad, educación física, etc.). El reloj que ha inventado Andrés (bautizado como RESETEA, Reloj de Secuencias Temporales de Apoyo) se puede programar, adjudicando una duración determinada a cada una de las actividades. Mediante pictogramas adosados al reloj, una aguja que se va moviendo horizontalmente y unas señales acústicas y luminosas, se va comunicando a los niños en qué momento deben hacer cada cosa y cuándo tienen que cambiar de tarea.

Las personas sin autismo realizan las actividades cotidianas de manera mecánica, pero “los niños autistas necesitan anticipación, sobre todo por tranquilidad: saber lo que les viene por delante, lo que está pasando y lo que ha pasado ya”, señala Andrés Collazos. “Este reloj sigue teniendo una ventanita que indica lo que ya han hecho, para que no se les olvide. La tranquilidad para ellos es muy importante. Cuando doy charlas a los profesores sobre autismo, siempre les transmito una sencilla regla: anticipación + secuenciación = tranquilidad”.

Múltiples aplicaciones

El reloj fue diseñado, en principio, para utilizarlo en las aulas donde hubiera niños autistas. Sin embargo, Andrés Collazos se dio cuenta de que su uso podía extenderse también al hogar. E, incluso, no limitarse exclusivamente a los niños, sino ser útil también a toda persona con Trastorno de Espectro Autista. Con el tiempo, Andrés comprendió que podían usar el reloj en las clases de educación infantil, para ir marcando las pautas a los niños, y hasta en residencias de ancianos con ese mismo fin: ir avisando a las personas mayores qué cosas deben facer en cada momento, recordándoles lo que ya han hecho y lo que les queda por hacer.

El aparato “tiene unos paneles movibles que se pueden imprimir y adaptarse a la rutina necesaria en cada momento. Si hay que ir al baño, se puede poner una foto del niño lavándose los dientes, o poniéndose la ropa. Si estamos en una residencia, los cuidadores pueden hacer la lámina con fotos reales de la misma persona haciendo su secuencia de cosas necesarias. El mecanismo es importante, pero los paneles lo son tanto o más, porque son los que te marcan o te personalizan la actividad de este reloj”, señala Andrés Collazos.

El reloj tiene paneles movibles que se pueden adaptar a la rutina necesaria de cada momento

El reloj tiene paneles movibles que se pueden adaptar a la rutina necesaria de cada momento / Carlos Cala

Patente en busca de fabricante

De momento, el reloj es un prototipo. No se vende, porque sólo se ha fabricado uno. Lo ha hecho el propio Andrés con piezas que ha ido encontrando y que se adaptaban a sus necesidades. En la actualidad, con la ayuda de la Universidad de Alcalá de Henares, ha perfeccionado el diseño y lo ha patentado. “Ahora estoy buscando a alguien que ayude”, señala. “Que ayude a que esto se haga realidad y llegue a la gente. Porque hay muchas organizaciones que me preguntan y que lo quieren comprar. Hay asociaciones de autismo que están muy interesadas, también organizaciones de discapacitados, residencias… Pero falta ese paso, que es el que más está costando: sacarlo al mercado”.

Andrés Collazos ha creado una dirección de correo electrónico para todas aquellas organizaciones o particulares que estén interesados en conocer más sobre su invento: relojdeapoyo@hotmail.com